VALOR DEL MES

AGOSTO
EL DIÁLOGO

Con el fin de iniciar cualquier trato, asunto o relación, lo primero que debe hacerse es entablar una charla cordial, a eso se le conoce como Diálogo.
Tu voz y mi voz
Una de las más sorprendentes facultades de los seres humanos (y de nuestros parientes cercanos, los mamíferos) es la posibilidad de comunicarse y darse a entender. Para ello contamos con distintos recursos como nuestro idioma (lenguaje verbal), pero también con el lenguaje no verbal (gestos y expresiones corporales). Estos recursos nos permiten manifestar nuestras ideas, deseos e intenciones y conocer los de los demás. Sin embargo, no siempre hacemos el mejor uso de ellos. Las conversaciones pueden volverse superficiales y un poco tontas, como si fueran puro ruido. No escuchamos con atención a los demás y a veces tememos decir lo que sentimos. El valor del diálogo consiste en pensar con inteligencia y cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida, escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución de conflictos.
El extremo opuesto
La actitud contraria al diálogo es la incomunicación. Ésta provoca una sensación de aislamiento en las personas porque no pueden compartir con los demás lo que sienten o necesitan. Por otra parte, impide que las gentes se conozcan tal y como son, por lo que viven en una permanente soledad. La incomunicación impide realizar proyectos comunes y resolver conflictos. En los casos más graves genera tensiones que, con el tiempo, pueden tener serias consecuencias que van desde el divorcio (cuando los miembros de una pareja no se comprenden), hasta una guerra (cuando una nación no escucha las razones de otra).

Para la vida diaria

1. Usa el diálogo para solucionar dificultades de todos los tamaños. Cuando tengas un problema o necesites tomar una decisión primero piensa y después dialoga. Si tu problema es con otra persona invítala a conversar y encuentra una base común sobre la que pueden ponerse de acuerdo. Si tu dificultad es con respecto a una situación o conflicto individual solicita la opinión de un amigo de confianza e intercambia ideas con él. Prefiere siempre a los más inteligentes y mejor informados.
2. Usa el diálogo para elaborar propuestas creativas. No sólo es un recurso para remediar problemas, sino también para iniciar nuevas empresas. Trata de planear actividades en equipo, explícales a las personas participantes tu propia visión y escucha la visión que tienen ellas. Traten de conseguir planes o conclusiones con los que todos se sientan satisfechos y representados.
3. Haz que la gente hable. Promueve el diálogo en los espacios donde se desarrolla tu vida. El principal de ellos es el hogar. Existen “familias silenciosas” en las que todos guardan para sí sus enojos, ilusiones, planes o problemas; ello genera una peligrosa presión. Invita a tus familiares a expresarse libremente como una práctica habitual. Fijen una cita semanal para hacerlo.

¿Ya lo pensaste?

Una conversación común es espontánea y no requiere mayores estrategias. Un diálogo formal que busca construir soluciones tiene mayores requisitos. El profesor Pedro de los Ángeles plantea estas reglas:
1) Fíjate en lo que quiere el otro. Distingue su intención y evalúa su interés.
2) Deja hablar al otro. Escúchalo con atención, no lo contradigas, reconoce sus verdades y hazle preguntas.
3) Pídele que te demuestre lo que está diciendo.
4) Hablen del tema preciso. No se distraigan tratando otros asuntos.
5) Comparte estas reglas con la otra persona para que las siga contigo.
6) Si llevan mucho tiempo dialogando y no llegan a un acuerdo, esperen un poco e intenten de nuevo. Recuerda: no se valen groserías, gritos o manotazos.

Para reflexionar:

  • ¿Qué significaba la frase “todo o nada”?
  • ¿Por qué nadie se atrevía a conversar con el fraile?
  • ¿Quién salió ganando con el diálogo?
  • ¿Piensas que en situaciones extremas de miedo o peligro el diálogo sigue siendo útil?
  • ¿Qué le propondrías al anciano indígena para obtener sus monedas?

Para entender el diálogo

Los especialistas en zoología han descubierto que los animales cuentan con formas especiales de comunicarse. Los prodigiosos delfines emiten sonidos especiales que viajan por el agua y transmiten datos sobre su ubicación y eventuales peligros. Sin embargo, ninguna especie cuenta con un lenguaje tan amplio y desarrollado como el género humano que dispone de miles de palabras y estructuras gramaticales para intercambiar información, expresar estados de ánimo y crear poemas de sonido musical, entre muchas otras opciones. La más elevada y valiosa de ellas es el diálogo: la conversación para construir acuerdos, resolver conflictos y relatar experiencias. No importa qué problema tengas, la comunicación con las personas adecuadas siempre te ayudará a resolverlos. Nunca te quedes callado, pero recuerda que el diálogo también tiene reglas: usar un tono correcto, respetar a la otra persona y pensar lo que vas a decir. Aprende a escuchar a los demás, considera lo que dicen y admite sus opiniones cuando te parezcan razonables. Si descubres que algo que afirmaste es incorrecto, acéptalo con valor y humildad.

Un mensaje para los padres

Que los hijos hablen

Los padres de hoy enfrentan diversas preocupaciones en relación con sus hijos. Sin embargo, varios de los problemas que éstos sufren les pasan inadvertidos por falta de comunicación. Entre ellos pueden mencionarse asuntos tan serios como la adicción a drogas, la violencia escolar, el abuso o trastornos de autoestima. La aproximación común en forma de interrogatorio solemne suele ser improductiva. La mejor manera de detectar y prevenir estos conflictos y fortalecer el vínculo familiar es una conversación abierta y constante: permitir que los chicos hablen como una costumbre cotidiana, oír con paciencia sus experiencias, temores e ilusiones y ofrecer respuestas a sus preguntas. Hay que evitar el tono de juicio que sólo inhibe sus expresiones y rompen la confianza.

Problemas reales, soluciones de valor

Alto a los chismes

La palabra “chisme” es tan común en nuestra vida diaria que ni siquiera nos fijamos en ella ni reconocemos su poder destructor. Un chisme es una murmuración, la difusión de un rumor o noticia falsos que tienen por objeto perjudicar a una persona y dañar su prestigio. En otro sentido, buscan deteriorar las relaciones humanas provocando enfrentamientos y divisiones que pueden tener consecuencias negativas. De esta manera, los chismes representan el extremo contrario de un diálogo frontal, sincero y abierto entre amigos y familiares. Por los grandes perjuicios que pueden provocar hay que combatirlos de todas las formas posibles. Si una persona te desagrada, simplemente evita hablar de ella. Si alguien se acerca a ti para hablar mal de una tercera persona, no lo escuches. Si sabes que tú eres objeto de un chisme, busca a las personas responsables y conversa con ellas para quejarte de su acción.
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